Todos vivimos rodeados en una sociedad, rodeados de más gente y hemos de hacer entender a nuestros hijos que ellos también pertenecen a esta sociedad.
Los hijos deben tener sus responsabilidades personales y al mismo tiempo responsabilidades para hacer un bien común a los demás.
Un hijo con responsabilidades en casa desde el minuto 1 se sentirá parte de ella, se sentirá útil, uno más en el grupo de casa y su autoestima crecerá por momentos al sentirse útil, al darse a los demás. En las edades de nuestros hijos que mejor que tener un hijo con una buena autoestima para que todo lo demás vaya rodado.
Muchas veces les digo a las familias de mis alumnos que su responsabilidad no se acaba en la puerta de “su habitación o en su ombligo”, sino que hay más allá que eso. La casa es de todos y hemos de cuidarla y contribuir en las cosas de los demás. Darse a los demás.
Lo ideal es que deben tener como mínimo dos encargos: uno familiar y el otro personal. El familiar algún encargo o tarea para ayudar en casa y el personal; una cosa suya.
El encargo familiar:
- Ordenar los cojines de casa
- Subir las persianas al llegar y bajarlas al irse
- Poner o quitar el lavaplatos
- Poner la mesa
- Ordenar el salón
- Pasar el aspirador
- Regar las plantas
- Recoger la ropa tendida
- Leer cuentos a los hermanos pequeños
- Dar un abrazo cada día a mamá y papá
El encargo personal:
- Limpiarse los zapatos
- Hacerse la cama
- Ordenar su ropa
- Ordenar los juguetes
- Preparar la mochila del colegio
- Prepararse la ropa de deporte
FUENTE: papaymas
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